martes, 30 de diciembre de 2014

Bienvenido a la vida

Bienvenido a la vida,

No llores, que no es tan mala como la pintan. Puede que ahora lo veas todo negro, pero pronto empezarás a notar tonos de borrosos colores y, al final, lo verás todo claro.
Pues así es la vida: Unas veces estás en una habitación deseando que deje de llover, esperando a que salga el sol… otras, sin embargo, no creerás que deje de llover, y mucho menos que el sol vuelva. Pero el sol siempre volverá a salir, te lo aseguro. Esperar a que eso ocurra es aburrido, así que… ¿por qué no aprendes a jugar bajo la lluvia? No importa cuánto te mojes: mamá no te regañará por eso. Porque ella también sabe que esperar a que se pase la tormenta es aburrido, sabe que ese tiempo parece interminable. A veces, mamá olvidará que mojarse un poco no es malo. Entonces, tú tendrás que recordárselo. Empújala al jardín, no dejes que se quede en la habitación. Recuérdale que no tiene por qué jugar sola. Recuérdale que la quieres, aunque ella ya se acuerde. Y si está lloviendo, recuérdale que el sol volverá a salir, dile que lo importante no es el tiempo que haga, sino cómo lo aproveche.
Es importante que se lo recuerdes, porque tal vez nadie más lo haga. Porque yo no podré hacerlo. Tampoco podré jugar bajo la lluvia contigo, ni pasear en los días soleados. No podré recordarte que te quiero, tampoco podré estar contigo por tu cumpleaños, ni en navidad,… Solo espero que me perdones por ello porque, que no vaya a estar, no significa que no me muera de ganas de verte crecer, de soñar contigo, de espantar a los monstruos que vayan apareciendo por el camino, de enseñarte mil motivos para sonreír, de levantarte cada vez que caigas y de intentar evitar que caigas cada vez que tropieces.


Recuerda que te quiere, Papá.